Una de las sugerencias de temas que he recibido es tratar las diez claves para ser un buen líder. ¡Vamos a por ello!
En primer lugar, deberíamos preguntarnos qué es ser un buen líder. El buen líder es aquel que llega a no ser necesario, aquel que entiende que la misión del equipo o de la empresa está por encima de sus intereses personales o profesionales, es un líder que transforma a las personas.
Con tener clara la definición de liderazgo transformacional (o carismático) debería bastarnos, pero no es así. Un buen líder no se forja solo con carisma, no es solo lo que fomenta y consigue a través del equipo, un buen líder debe ser también ejemplo de comportamiento y de dedicación, un buen líder debe ser bueno con los demás.
Ser un buen líder es un ejercicio de sinceridad y humildad, de honestidad con uno mismo y con su equipo, es un ejercicio de autoanálisis y de autoconocimiento, pero ¿por qué? Por una sencilla y clara razón, nunca vas a poder liderar a los demás si no eres capaz de liderarte a ti mismo. Si no eres capaz de reconocer tus carencias y limitaciones, tus puntos más fuertes y tus puntos más débiles, no esperes poder hacerlo con el resto. El liderazgo se practica, empieza por ti.
Las claves para ser un buen líder debes empezar a ponerlas en práctica ya, pero empieza contigo mismo. No esperes que nadie haga lo que le pides si tu estás haciendo todo lo contrario.
Las diez claves para ser un buen líder:
- Estimulación intelectual. No te vayas a dormir ni un solo día sin haber leído o aprendido alguna cosa nueva. El buen líder es un especialista en su campo, y quiere seguir siéndolo. El mundo y el mercado no va a estar esperándote. Si vuestra misión como equipo es tan importante, si tu misión como líder lo es, puedes dedicar al menos 30 minutos diarios a esto.
- Consideración individualizada. Cada miembro de tu equipo es único, con sus virtudes y necesidades, con sus capacidades y limitaciones. No les trates como a un todo, relaciónate de forma emocionalmente inteligente con cada uno de ellos. Tú también lo eres, entiéndete bien a ti primero, trabaja sobre tu perfil y adáptalo con cada uno de tus colaboradores.
- Motivación. El equipo es tremendamente permeable a tus niveles de motivación. Si tu no estás motivado, no esperes que tu equipo lo esté. Transmite confianza en ellos, delega responsabilidades, da feedback, reconoce el trabajo bien hecho y comparte los éxitos.
- Ten un comportamiento inspirador. Compórtate como un ejemplo a seguir y nunca pidas nada a tu equipo que tu no hagas o no estés dispuesto a hacer. Tu forma de actuar, hablar y relacionarte, marcará las pautas de cómo va a hacerlo tu equipo. Si quieres un equipo ejemplar, empieza por ti.
- Fomenta la participación. Crea espacios de debate y de comunicación, comparte los retos y pregunta, pero ten clara una cosa, debes estar dispuesto a escuchar cosas que no te gusten. Si abres el canal de la comunicación y la participación activa, ten en cuenta que el feedback podrá ser bueno o malo, asúmelo como una vía de mejora.
- Sé bueno con los demás. Seamos realistas, el porcentaje de personas que realizan mal su trabajo o fallan lo hacen por no saber hacerlo mejor. Ser bueno con los demás no significa ser condescendiente, se trata de aplicar la empatía para entender qué es lo que pasa (no sabe hacerlo, no puede hacerlo, no entiende cómo hacerlo o no quiere hacerlo) y ayudar, en la medida de lo posible, a superar el reto.
- Asume riesgos. Piensa en el futuro, trata de anticiparte. Nadie podrá recriminarte haber fallado, mucho menos si tú no lo haces con los demás, pero si podrán echarte en cara que no quisiste tomar el camino de la innovación y que por miedo os habéis quedado fuera de juego. Esta capacidad viene reforzada por los puntos 1, 5 y 6, cuanto más los trabajes más fácil te será.
- Cuídate. Llevar un estilo de vida saludable es fundamental para afrontar retos con energía. Cuida tu alimentación, haz deporte, medita, descansa las horas suficientes, trabaja tu rol de líder pero también tu rol como persona. Nadie quiere acabar desecho y enfermo, para dar el 100% de ti vas a tener que contar con una maquinaria perfecta, con un cuerpo perfecto. No esperes que los demás lo entreguen si lo que ven cruzar la puerta de la oficina a diario es un zombie.
- Trabaja el sentido del humor. Reirte de ti mismo y con los miembros de tu equipo genera sinergias increíbles. Es la mejor manera de mostrarte humano, de generar lazos de confianza y de crear recuerdos agradables dentro del equipo.
- Sé humilde. No se trata de ti, no es lo que te gusta o te disgusta. Tu posición persigue el bien del equipo y de la empresa, no te ascendieron para que trabajes por un aumento de salario o para que tu ego se vea beneficiado. Eres el responsable de que juntos alcancéis el éxito, un éxito sin nombres, un éxito por el bien común y por el avance de todos.
Como el tema nos va a dar mucho de sí, iremos abordando en sucesivos posts cada una de estas diez claves.
Gracias, Alex, por la idea 🙂
¡Feliz domingo!
Post 3, reto 100 días.
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